sábado, agosto 04, 2007

Contrapunto entre las pericias y testimonios por el crimen de Paz

Del peritaje surge que fueron tres los disparos. Eso quedó en contraposición a los testimonios. Pese a que no hay detenidos y tampoco pruebas contundentes la Policía asegura que el caso estaría esclarecido

PUERTO IGUAZÚ. La gran incógnita del homicidio del ingeniero civil, hotelero y cordobés Jorge Daniel Paz (47) sigue siendo el paradero de los tres proyectiles de la escena del crimen. Esa falta de certeza sumó el contrapunto entre las pericias del caso y las testimoniales. Los peritajes afirman la existencia de tres disparos y la versión de los testigos sostiene que sólo hubo dos estallidos, informaron las fuentes consultadas.
La cuestión objetiva del homicidio certifica tres perforaciones de proyectiles de calibre no determinado. Los plomos atravesaron el pecho de Paz, la ingle de su mamá y el cielo raso y techo de chapa de zinc de la dependencia donde falleció el hotelero.
Los testigos directos del caso, determinados por la Policía, son el conserje Milton Amadeo De Lima (23), su esposa Carolina Rojas (23), Dora Juana Gaudio (mamá de 73 años del fallecido), un turista canadiense y otro sudafricano. Ellos sostuvieron en sede policial que escucharon dos tiros. Los turistas ya no están en Argentina, luego de los testimonios se fueron quizá ahuyentados por el caso.
Los intrusos que ingresaron al hostel House of Africa se llevaron algunas pertenencias de los extranjeros, entre ellas una camiseta del equipo de fútbol San Pablo. Según los rastros, también se apoderaron de un machete con el que intentaron abrir la puerta de la dependencia de Paz. Los investigadores no establecieron porqué fue que huyeron sin abrirla.
De acuerdo con los testimonios, el dúo criminal estuvo dentro del hostel aproximadamente 20 minutos. En ese tiempo redujeron a De Lima, a su esposa, a los turistas y fueron por Paz, quien estaba en el primer piso del alojamiento. Lo mataron y balearon a su mamá. Forzaron la puerta pero huyeron sin llevarse el dinero fuerte por el que supuestamente habían ido.
En el medio de las investigaciones del poco claro episodio delictivo los funcionarios policiales aseguran que el caso estaría esclarecido con la demora de tres jóvenes que supuestamente participaron en el caso, un cuarto no habría sido hallado aún. Los localizados habrían dado su versión del caso durante la semana pasada en dependencias de la Sexta Subdivisión de la Policía Civil de Brasil.
El martes pasado cayeron dos jóvenes que aseguraron haber acompañado a los supuestos matadores. Fueron liberados, sin siquiera haberse iniciado un proceso de extradición. El jueves pasado otro joven fue encontrado y ocurrió lo mismo. Por esas circunstancias es que la Policía de Misiones da por resuelto el caso.
El empresario hotelero Paz desembarcó en Iguazú hace poco más de 18 meses. Trabajó duro durante unos 20 años en una empresa de seguridad de Sudáfrica para obtener el dinero que depositó en la triple frontera para iniciar el emprendimiento hotelero. Quienes lo conocieron sostienen que era un hombre de pocos amigos y que vivía para su mamá y tía. Ellas estaban presentes cuando Paz falleció.
En total, el hostel disponía de 14 habitaciones para dar un alojamiento con aire acondicionado, televisión por cable en pantallas de plasma, internet, cocina compartida y otros servicios. Una tarifa diferencial de 78 pesos o 60 reales cobró el conserje del lugar a dos brasileños días antes del crimen; justamente, una alojada durante esos días y hasta que ocurrió el crimen afirmó que los supuestos matadores de Paz estuvieron allí alojados. Teniendo en cuenta la hipótesis de un crimen en ocasión de robo, la Policía supuso que esos individuos estuvieron observando los movimientos del hombre.
Los supuestos asaltantes sólo se llevaron pocas pertenencias de los turistas. Y cuando ya tenían reducidos a todos en el hostel y Paz ya estaba muerto en vez de buscar el dinero que existía en el lugar no se lo llevaron y huyeron luego de consumarse unos 20 minutos dentro del lugar.
El homicidio de Paz fue el 21 de julio pasado en el hostel House Africa ubicado sobre la calle El Pindó al 60, distante unas siete cuadras de la terminal de ómnibus y a media cuadra de la avenida Victoria Aguirre. Allí, una bala atravesó su pecho y luego de tres minutos falleció pidiendo su bronco dilatador por la aflicción respiratorio crónica que padecía. El cordobés recaudó dinero en Sudáfrica, lo llevó a Iguazú, invirtió allí y terminó muerto de un balazo. En el caso trabaja la comisaría seccional Primera, dependiente de la Unidad Regional Cinco, a la que se le acortan los plazos para entregar el sumario a la Justicia de Instrucción de la ciudad de las Cataratas, a cargo del magistrado José Pablo Rivero.

Etiquetas: