Lembranza da Rosinha: la historia del policía Z con un Dispositivo Jota
CUENTA LA LEYENDA que en La Rosinha de Rio de Janeiro patrullaba un raro policía que creía en la verdad, la perfección del sistema legal, en la seguridad y en los valores de Orden y Progreso en Brasil y tenía una combinación de policía autoritario parecido a Callaghan de la película de Harry “El Sucio” y de policía yoguini parecido a Josh Harret de Hollywood: Departamento de Homicidios.
El servidor de la Ley se llamaba Joao,
provenía del sector pobre de la población y sus camaradas lo llamaban policía Z
en referencia a la simbiosis de sus valores democráticos, de respeto a la
ciudadanía y porque en la guerra en contra del crimen
organizado apretaba el gatillo y después preguntaba. Su día a día transcurría en una
comunidad teñida de prácticas corruptas en su institución, violencia en las
calles, maconheros favelados, y clases online de yoga y meditación.
En interacción con su jefe, en la delegación sede
de bandidos sueltos y tras las rejas, el superior lo miraba con cara de qué
nuevo derecho humano habría de comentarle en la oportunidad y la conversación
siempre terminaba con el mismo diálogo, le decía el comisario:
-
Zeta,
si quieres reír tienes que hacer reír. -Refiriendo a que debía tener cintura
entre la aplicación del modelo del policía autoritario, conocido como el
policía malo, o policía X; y el policía al servicio de la Ley, policía bueno, o
policía Y.
El policía Z todas las mañanas se uniformaba de Policía Militar azulynegro camuflado, calavera tatuada en la piel, en la cintura llevaba su arma reglamentaria, se protegía con un viejo chaleco antibalas, y un obsoleto dispositivo telefónico al que había denominado Jota entre sus otros aparatos tecnológicos por la inicial de su nombre.
Como una mañana regular empezaba en la
delegación con una clase de yoga, meditación, y respiración controlada, al
estilo de control de criminalidad, despacito sin que Harry El Sucio se
despertara en su interior. Sonaba el viejo dispositivo Jota y debía salir a la
calle. Ese día era para lo que se había preparado: el narco bombardeando La
Rosinha con drones, ametralladoras, bota táctica militar Under Armour en pie bandido;
el narco opera dispositivos electrónicos desde puntos de conexión móviles,
escudándose en la población de la favela, emitiendo órdenes y contraórdenes a sus
halcones (menores de edad, taxistas, repartidores de aplicación) que son sus
ojos en el terreno. Franja de Gaza en cartografía Carioca.Y el dispositivo del policía Z ya es obsoleto, su arma reglamentaria, su chaleco, y nada mas que su formación en la
escuela de policía militar de Brasil. Una vez en el morro el policía Z no es un
camaleón, es amarillo cuando todo se tiñe de humo negro. Transpira frío. Camina
en los pasillos de La Rosinha y huele perfume francés, se dirige a la locación y
por la ventana de una vieja instalación logra divisar en el interior a unos jóvenes
con headset con micrófono colocados, flacos, dedos largos y finos, que tipean y
cliquean a toda velocidad, gritan, y ríen. Fiesta. Gatillo fácil del Counter
favelado. Vía dispositivo Jota da aviso a su base de la locación de comando y
control de la organización que se resiste a la acción policial y estatal de represión
de la droga y el delito. Silencio.
Resiste unos momentos más y las detonaciones aumentan. El perfume se disipa. Silencio en su dispositivo obsoleto. Inhibidores de señal. El dispositivo Jota muerto. Y el dispositivo militar que coordina las acciones de control de criminalidad en La Rosinha intervenido. Silencio en el dispositivo militar que trazó el Estado para repeler la acción del poder paralelo que resiste con uñas y balas el dominio territorial de La Rosinha. Ante el silencio, se persiga, mira los brazos extendidos del Corcovado, y abandona el traje de policía Zen, se viste en piel de policía malo y Harry El Sucio irrumpe en escena y da muerte a los adolescentes que comandaban los drones que atacaban a sus compañeros morro abajo. El enemigo sin saberlo se amontona en cadáveres; el grupo de adolescentes comandó sin saber un escuadrón de drones que atacó a la policía.
Policía Zen ese día termina en el confesionario
del cura, abatido de dolor y tristeza por haber neutralizado el centro de
comando y control del narco en La Rosinha. El día termina contrariado por matar
al que juega con la violencia sin saberlo. Rio de Janeiro humea. Las
transacciones cripto continúan su flujo en las conexiones de todo el Mundo. Y
la entropía del sistema se mide en acumulación de cadáveres. Y el malandro se pregunta: ¿tendré suerte el día de hoy?.-



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