Paquitas Paisanas
Paquitas Paisanas
Interior agrícola de Argentina 2007.
Al costado del camino en una asamblea de
terratenientes dueños de campos.
Una acalorada discusión por el pago de impuestos al
Estado.
Xuxa propala rumores ante la comisión vecinal de
hacendados.
Xuxa: ¡Así es señores! ¡Me dijeron que vieron al señor Castrilli recibiendo sobres en la Casa Rosada! Explicanos Castrilli, ¿cuánta plata te pagaron para que esta reunión no se haga? Está claro que tu legitimidad para ocupar la presidencia de esta comisión está agotada. No podés seguir siendo presidente porque sos un corrupto. ¿Es que no te alcanza con la enorme cantidad de hectáreas de soja que tenés que también necesitas ir con los políticos a venderte y entregar a nuestro sector? Todos sabemos que desde chiquitito te gustaron los sobres. Y ahora, ya crecidito, te gustan los sobres igual que siempre.
Castrilli: ¡Calumnias! ¡Calumnias! Tengo testigos
que dan fe que no recibí ningún sobre. Mucho menos en la Casa Rosada, porque no
la conozco y nunca estuve en ese palacio de gobierno. En las reuniones que tuve
con los miembros del Estado, por el tema del cobro de los impuestos, siempre
estuve acompañado por otros vecinos. Además, mi conciencia está limpia,
cristalina. No como la tuya Xuxa, que anduviste con botas y bailando con las
paquitas.
Xuxa: ¿Con las paquitas? ¿Con botas? Niego haber
sido yo. ¡Besiños, besiños!
Castrilli: Te vas a ganar la roja en la asamblea. Te
conocemos Xuxa, te vimos hasta en la televisión con el bailecito del “…yo
quiero ver… chindó le lé” ¿y ahora te querés arrogar las facultades de
fiscalización de la moralidad de las acciones de este presidente de asamblea?
Vas a tener que tomar mucha sopa para desplazarme. O vas a tener que volver a
nacer.
Xuxa: ¡Es mentira! Pido a la asamblea que me apoye.
Porque claramente el vecino presidente Castrilli tiene puesto el bigote de
dictador y no quiere volver a trabajar a su campo. Quiere seguir viaticando
para despilfarrar esos fondos en una vida careta de vinos caros y salidas
nocturnas con meretrices de Puerto Madero. ¡Pido a la asamblea que le exija al
presidente que se rectifique en sus dichos!
Castrilli: ¿Qué? ¿Rectificación? Está todo
confirmado. Ratifico lo que te dije. Todos te vimos bailar en la televisión con
botas hasta las rodillas. Era una musiquita que de chico siempre me causó
gracia. Y ahora me produce rabia la frivolidad con la que revoleabas las
piernas.
Xuxa: ¡Besiños, besiños Castrilli! Mociono en
esta legítima asamblea para que se practique una auditoria integral e
independente sobre los fondos que estuviste administrando. Porque como la
asamblea conoce, hay sobrados motivos para expulsarte de la comisión. Primero,
estás en el cargo hace 10 años. Segundo, no tenés intenciones de dejar la
presidencia y te mandaste una cantidad de irregularidades estatutarias para
mantenerte en el puesto. Tercero, no te cierra el balance. Cuarto, sos un facho
dictador que andás conspirando contra todos para sacarles la tarjeta roja y
expulsarlos de la comisión. ¡Exijo de la asamblea que te expulse!
Castrilli: Son mentiras de un alma trastornada. La
asamblea no considerará esos dichos y argumentos calumniosos.
Xuxa: En absoluto mis argumentos son calumniosos. No
tengo motivos para bailar con botas y salir en la televisión. Pero lo que les
digo son motivos reales de la actuación del señor Castrilli en la presidencia
de esta comisión.
Castrilli: Tengo una conducta intachable. Los
vecinos conocen mi trayectoria. Y mi fuerza de trabajo. Los vecinos me
ratifican en el cargo de la presidencia de la comisión. Es en vano tu ataque
calumnioso.
Xuxa: ¡Tenés que irte Castrilli!
Castrilli: ¡Imposible estoy ganando! ¡Estoy ganando!
La asamblea me aclama. –Castrilli
comienza a saltar victorioso y la asamblea lo aplaude–
Xuxa: ¿No recuerda la asamblea que las propuestas
que hizo Castrilli yo ya las había presentado con anterioridad? ¿No reconoce la
asamblea la verba y oratoria fabulosa que tengo para representarla? ¿No
legitima la asamblea mi prosapia y buen nombre? Todos saben de mi formación y
buena familia. Soy la más indicada para representar a la asamblea. Sin embargo,
continúan con este dinosaurio bigotudo. Le pido a la asamblea que tome en
cuenta mi moción.
Castrilli: ¡Está vendiendo humo! ¡Mucho ruido y
pocas nueces! O como decimos entre nosotros ¡Sos pura espuma!
Xuxa: La asamblea tendrá que expedirse. Seguro te
van a echar como a una rata a palazo limpio.
Castrilli: Para nada. La asamblea tiene probada y
comprobada mi actuación y mi gestión a lo largo de estos años. No son nada
mentirosos los resultados de exenciones impositivas que logramos, en algunos
casos logramos aduanas domiciliarias para que los vecinos puedan exportar sus
productos directamente desde el campo sin tener que pasar por la burocracia de
la administración de puertos. También los balances no se presentan porque el
auditor está enfermo. Pero todos saben que estamos teniendo resultados superavitarios.
Le pido a la asamblea que recuerde que hicimos historia en gestiones
internacionales para colocar nuestra oleaginosa a un precio histórico; y ahora,
está bien, tendremos que soportar algún embate impositivo. Pero podremos
sortear la cuestión si logramos fugar al capital al exterior. Tenemos que
esperar nuestro tiempo. Por ahora, la asamblea debe recordar, que es tiempo de
arremangarse, ya vendrán bueno tiempos de capitalización de este sacrificio.
La asamblea enardecida aclama el discurso de Castrilli.
Xuxa: ¡Silencio! ¡Silencio! ¡Es que ustedes no entienden!
Castrilli: ¿Qué cosa no entendemos?
Xuxa: Todas tus falencias. Ya es hora que dejes la
presidencia. Tus actitudes atrasan mucho tiempo. Necesitamos una mirada de
futuro. No a bigotudo carcamán que no quiere largar la teta.
Castrilli: ¡Otra vez! ¡Injurias! ¡Calumnias! ¡Todas
mentiras que salen de la boca de una mentirosa!
Xuxa desenvaina el facón y se lo apoya en el cuello a Castrilli.
Xuxa: Bueno, acá se termina tu historia como presidente. O renuncias o te morís acá mismo. Te voy a hacer como los mazorqueros, pero sin mazorca, te vas a refalar en tu propia sangre bigotudo.
Castrilli: ¡Hacé lo que quieras! ¡Pero sabé que la
asamblea no te va a votar con esos antecedentes artísticos que tenés!
Castrilli se zafa del puñal y se corre unos pasos para tomar distancia de Xuxa
Xuxa: ¡Vení, vení! ¿O ahora tenés miedo?
Castrilli: ¿A vos te voy a tener miedo? Desde el
comienzo de la asamblea me estás faltando a mi honor. Y ahora te vas a tener
que defender porque alguno de los dos va a morir el día de hoy.
Xuxa: ¡Dale! ¡Dale! ¡Venga ese puñal flácido! Me
contó tu mujer que sos un impotente y que encontrás placer con la peonada. ¿Y
ahora me estás desafiando a duelo? Vamos a hacer que la asamblea se convierta
en un circo romano donde se ve pelear a los gladiadores por la adquisición del poder.
Este costado de la ruta será nuestra arena romana. Y acá se termina tu
existencia.
Castrilli: ¡Dale! ¡Dale! ¡Como siempre vos con
palabras rimbombantes!
Xuxa: ¡Ahora vas a ver cómo te achuro con el puñal!
¿Por qué te hacés para atrás? Echá ´pá ´delante miedoso. Vení para acá.
Si te vas no te voy a poder achurar.
Castrilli: ¡Seguridad! ¡Seguridad! Contengan a esta
loca.
Xuxa: Vení para acá miedoso. Vení para acá miedoso.
Vení para acá miedoso. –Mientras le sale espuma por la boca–
Castrilli: ¡Está rabiosa! ¡Está rabiosa! ¡Cuidado
que no muerda! ¡Está rabiosa!
Xuxa: ¡No! ¡No! No estoy rabiosa. Mirá que ya maté a
varios y hoy quiero matar a otro. Me tenés cansada.
Castrilli: ¡No me vas a poder alcanzar! ¡Soy
Maradona! ¡Soy Maradona escapándome de los ingleses! –Sale disparado en
veloz carrera en dirección al campo–
Xuxa: ¡Vení para acá loco furioso! ¡Está furioso!
¡Tanta aclamación logró enloquecer a este bigotudo!
Castrilli: ¡Soy Maradona! ¡Soy un barrilete cósmico!
¡Soy como el austral en la devaluación! ¡No me vas a poder alcanzar!
Xuxa: ¡Médicos! ¡Médicos! ¡Vengan Castrilli
enloqueció!
Castrilli: ¡Marado-Marado-Marado!
Xuxa: ¡Vení para acá! ¡Vení para acá Castrilli!
¡Está bien! ¡No te vamos a expulsar, pero vení para acá!
Castrilli: No. No. No me expulsen. Renuncio. Estoy
cansado de la gente como vos.
Xuxa: Bueno, calmate. Calmate, por favor, te vas a
lastimar.
Castrilli: ¿Tenés miedo que me lastime? Mirá, mirá.
Me voy a cortar el cogote de lado a lado.
Xuxa: ¡No! ¡No! ¡Pará loco! ¡Médicos! ¡Por favor,
que vengan los médicos!
Castrilli: ¿Ahora querés el médico? ¿Después de que
me quisiste liquidar a puñal limpio?
Xuxa: ¡Si no hay médicos! ¡Que vengan los enfermeros
del loquero! ¡Que venga alguien a parar a este loco furioso!
Castrilli: ¡Marado-Marado-Marado!
Xuxa: Si no parás Maradona me voy a tener que cortar
el brazo. Pará locura. –Xuxa se hace unos cortes en el antebrazo y salpica
sangre a Castrilli–
Castrilli: ¿Qué hiciste loca? Mirá si me contagias
algo.
Xuxa: Es que te tengo que parar con algo. No se me
ocurrió otra cosa.
Castrilli: Seguridad. Seguridad. Controlen a esta
loca. Ya no sabe qué hacer para ganar seguidores en esta asamblea.
La seguridad rodea a Xuxa.
Xuxa: ¡Paren! ¡Paren! Estoy cuerda. Al que tienen que detener es a Castrilli. ¡Él es el loco!
Castrilli: Te van a llevar Xuxa. Estás muy
desequilibrada.
Xuxa: ¡Paren! ¡Paren! Que los conozco hace muchos
años. Ustedes no me pueden llevar. –La seguridad duda–
Castrilli: ¡Llevenla! ¡Llevenla presa! ¿No ven que
es un peligro para la continuidad de la asamblea? ¡Llevenla a los dejo sin
laburo a todos!
Xuxa: Hay no me siento bien. Parece que el corte es
profundo. No siento las manos.
Castrilli: Ahora. Ahora. Aprovechen para detenerla.
Xuxa: No siento las piernas. Me parece que me voy a
desmayar.
Castrilli: Ahora. Enfermeros vengan. Seguridad
venga.
Xuxa: No. No. El cuchillo no me lo saquen. El
cuchillo es mío. Si muero quiero morir peleando. Con el cuchillo en la mano y
con las botas puestas.
Castrilli: ¿Seguís con la idea de las botas de
paquitas? ¿Viste? ¡Estás loca!
Xuxa: ¡Soy una paquita! ¡Soy una paquita! ¡Soy una
paquita!
Castrilli: ¡Ahora! ¡Ahora! Aprovechen, póngale el
chaleco de fuerza. ¡Está rabiosa! ¡Está furiosa! ¡Está demente! ¡Mándenla al
instituto de salud mental!
Jorge Lucas Cabral.